El Mid Century surge en Europa, específicamente en los países escandinavos, a mediados del siglo XX y de ahí su nombre. La Segunda Guerra Mundial había terminado y había un gran entusiasmo creativo con un nuevo auge de diseñadores y estudios de diseño, motivados precisamente por el fin de la guerra en la que se vio inmerso el planeta por tantos años. Se difundió rápidamente en los años 50, siendo sinónimo de una modernidad sencilla, inteligente y compartida. La producción de objetos domésticos de bajo coste pero de alta calidad, el cuidado de los procesos industriales, la combinación de estética y sobriedad, la síntesis entre formas orgánicas y la practicidad y la unión entre materiales naturales contribuyeron a hacer del diseño un sello emblemático de la cultura escandinava.

El Mid Century se basa en un diseño tecnológico, funcional y asequible, de ahí que siempre cumple con las características de “función y forma” donde se pueden encontrar, formas sencillas, lineales, limpias y útiles; que proporcionan un acabado sin muchos detalles pero con alta funcionalidad, con un aspecto muy sobrio y líneas de formas inusuales. El Mid Century se define de una producción que cumpla con las necesidades humanas pero adaptándose a las exigencias industriales. Está tendencia marcó un antes y un después en la historia del diseño y se volvió un icono por su hermosa y elegante sencillez que ha permanecido en el tiempo.

Hoy en día estos muebles y objetos cuentan historias a partir de sus materiales, y se adaptan perfectamente en espacios pequeños ya que no recargan el ambiente. Una pieza del Mid Century combinada con otros estilos funciona muy bien estéticamente y da mucha personalidad en cualquier espacio contemporáneo.

Imágenes vía Pinterest.